Este bloguetín partió de la necesidad de rememorar un evento que ha sido muy significativo para muchos integrantes de CUSIB Global: la misa en homenaje al Orfeón UCV 1976 que se realizó en septiembre de 1977, al final de la primera gira internacional de la Coral. Tiene dos partes que pueden ser leídas de forma independiente, la primera relata el descubrimiento y exploración reciente del lugar de la misa, mientras que en la segunda se hilan los recuerdos de varios de sus participantes. Varias visiones aportaron contenido a la segunda parte y para organizarlas y darles coherencia nos apoyamos en una de las herramientas actuales de Inteligencia Artificial. De esta manera se generó un único texto, pero que requirió una revisión exhaustiva y correcciones de estilo que no son posibles con ninguna herramienta automática. Al final de la segunda parte se encuentran los enlaces a los textos originales de los siete colaboradores.
In memoriam: Orfeón UCV 1976 – I –

Así como las palabras se van hilando para hacer una historia, el proceso de investigación y búsqueda de material que viene llevando a cabo ProDOC desde sus inicios, va tejiendo emociones a través de recuerdos, reencuentros y hallazgos como el que hoy compartimos.
Parte de las tareas inherentes a la edición de los testimoniales, es pedirle material gráfico al entrevistado. Así, al revisar las fotos que seleccionaríamos para acompañar el hermoso testimonio de Juan Bautista Díaz “Juancho”, (ver testimonial), nos encontramos con una foto tomada por Bernardo Anderson, de la misa en homenaje al Orfeón de la Universidad Central de Venezuela (Orfeón UCV) a un año de la tragedia de Las Azores y que sirve de ilustración principal en este Bloguetín.
Una imagen gracias a la cual, el 4 de julio de este año, los Maestros Alberto Grau y María Guinand y yo, iniciamos una conversación. Recordamos que la misa había sido el 4 de septiembre de 1977. Era el final de la primera gira internacional de la CUSIB, un periplo que había comenzado a principios de agosto y nos había permitido participar en festivales y ofrecer conciertos en Escocia, Inglaterra y Cataluña. El homenaje formaba parte del XIII Festival Internacional del Canto Coral que se realizó en los primeros días de septiembre y nuestra presencia allí, exactamente al año de la tragedia del Orfeón UCV, había sido muy significativa para todos nosotros.
Pero si bien teníamos muy claros todos esos hechos, nos surgió una duda ¿En qué parque había tenido lugar aquella misa?
Para averiguarlo, al día siguiente le mostramos la foto a una prima de Alberto que vive en Barcelona, consiguiendo así una primera pista. Luego, unas pocas horas más tarde, Juancho -con su prodigiosa memoria- comentó: “creo que fue en los Bosques de Villa Joanna… que forman parte del Parque Natural Collserola”. La prima y Juancho coincidían, así que teníamos el lugar. No había terminado de contarle a María, cuando ya Alberto y ella estaban listos y entusiasmados por salir en busca del sitio preciso del “homenaje al Orfeón UCV”. Me tuve que dar prisa para salir, el día estaba lluvioso y no tan caluroso, pero nada detuvo el entusiasmo por ir rumbo a nuestra expedición.
Mientras el taxi nos llevaba fuera de Barcelona por un camino de muchas curvas dejando de lado la zona de Vallvidrera y alejándonos más y más de la “civilización”, mi imaginación voló 46 años atrás y allí estaba con la CUSIB, rodando en un autobús por esa misma carretera… ¿cuáles serían nuestras reflexiones en esos momentos previos a un evento tan emotivo para nosotros?
La ensoñación se cortó de pronto aterrizando en temas más prácticos al ver cuán lejos estábamos. Nos preguntamos cómo haríamos para regresar de un sitio que lucía tan apartado de la ciudad. Pero todos los astros se unieron a favor y el taxista accedió a esperarnos mientras hacíamos la exploración. Resulta difícil explicar cuán mágico fue el momento en el cual nos bajamos en Villa Joanna. Los 46 años de ausencia se desvanecieron, aquel espacio nos resultó familiar. El Maestro y yo, sin titubear, dijimos “Este es el lugar, aquí fue”.

Alberto Grau y Edna Ruckhaus
Con la emoción a cuestas comenzamos a caminar desde la Villa hacia el bosque por un sendero espectacular y lleno de magia que estaba flanqueado por grandes árboles. Buscábamos el lugar donde se había hecho la misa. María nos llevaba la delantera con su característica energía, potenciada en ese instante por su reciente “Camino de Santiago”. Era imposible seguirle el ritmo, así que fue ella quien de repente nos gritó “¡Creo que lo conseguí!”. Efectivamente, algo desviada del camino principal, se encontraba una explanada. Es difícil precisar si ese fue exactamente el lugar de la misa, pero como Alberto lo confirmó y sus coralistas sabemos que él siempre tiene la última palabra, pues sí, ¡esa hermosa explanada dentro del bosque es el sitio donde tuvo lugar el homenaje al Orfeón UCV!
No hizo falta conversar ni indagar mucho más. La imaginación voló nuevamente… todos allí sentados juntitos, muchos otros participantes en los alrededores, las lecturas de la misa, el Cántico, nuestras voces entrecortadas y el minuto de silencio.
Todos los que hemos sido parte del movimiento coral en Venezuela, recordamos vívidamente ese trágico acontecimiento.
En el libro Orfeón Universitario 76: Su voz se sigue oyendo, Eleazar F. Torres Rodríguez relata “En 1976 les correspondería su siguiente compromiso internacional, más ambicioso que los anteriores pues el destino era al viejo continente, a la Madre Patria, a España, donde además participarían en un festival mundial de coros universitarios para el cual tenían grandes expectativas, tomando en cuenta la calidad de los coros que asistían y las extraordinarias críticas positivas que ya nuestro Orfeón había recibido en sus anteriores compromisos artísticos internacionales …”
Ese festival fue el XII Festival Internacional del Canto Coral que se celebró en Barcelona entre el 2 y el 8 de septiembre de 1976.
Puede que me sea difícil poner en palabras la intensidad emotiva de ese 5 de julio de 2023, mientras recorría ese parque junto a los Maestros a casi 46 años de aquellas vivencias. Un día en el que también tuve la dicha de poder celebrar el cumpleaños 102 de mi mamá con muchas visitas y llamadas. Vale entonces la pena detenernos en algunas de las frases del Cántico que interpretáramos aquel 4 de septiembre de 1977:
Arpas de estrellas melodizan los ritmos y teorías de mil auroras van cantando sobre las nubes su fresca juventud
Parafraseando la letra, siento que nuestra conexión y nuestro perenne deseo de llevar a cabo grandes proyectos juntos, es una melodización de nuestros ritmos colectivos a través del tiempo en el afán de eternizar nuestra juventud.
Y con ese mismo afán de preservar en este Bloguetín la memoria juvenil del canto coral venezolano, qué mejor que dar una pincelada “Polifónica” (idea de Pantelis Palamidis) con los recuerdos y reflexiones de varios de los que estuvieron presentes en aquel momento.
In memoriam: Orfeón UCV – II –
COLABORACIÓN EN ESTE BLOGUETÍN 85 : Textos y material de apoyo: Edna Ruckhaus / Edición y corrección de estilo : Adriana Bracho / Fotografías: foto principal, Bernardo Anderson, María Guinand / Montaje: Elssen Beatriz Lombó / Coordinación editorial: Pantelis Palamidis
Deja una respuesta