
Por: Cristina Vogeler
Este pasado domingo 13 de febrero, tuvimos el enorme placer, unos, de revivir una experiencia que nos unió y marcó de manera especial a los Amigos de la Vida, Cusibistas de Alma Mater, y otros, esperamos, de disfrutar esta vivencia a través de nuestro relato.
Impulsados por Irving Corrales y Alina Agüero e inspirados por una intervención en el chat de Rafael Márquez, montamos un testimonial del proyecto Espirituales: un legado afroamericano, homenaje a una música que revela un evento histórico dramático y significativo, producido e interpretado entre 2009 y 2015 en varios teatros de Caracas.
En CusibVisión 4, pudimos transmitir a la audiencia algunos de los momentos mas impactantes de la obra, videos sobre la historia que acompaña a esta música, o más bien que esta música acompaña, y la historia personal de varios que participaron.
Antes de adentrarme en detalles del proyecto y la historia, quiero resaltar los aprendizajes que nos trajimos de la Cusib y Schola Cantorum, y que estimo fueron clave para esta experiencia:
- El amor por la música coral, desarrollado a través de múltiples experiencias bajo la dirección del maestro Alberto Grau.
- La persistencia e importancia de los ensayos en la construcción de un proyecto, la consideración de todos los detalles, la importancia de la labor gerencial para el éxito, modelado recurrentemente por María Guinand.
- Haber visto de qué es capaz un grupo de personas cantando en armonía y en combinación con movimiento escénico, aprendizaje que obtuve de Miguel Issa, exScholista, coreógrafo, actor y bailarín, y de Armando Díaz (Producciones Sieteocho) cuando montó Hilo de Hadas, composición de Alberto Grau, con un despliegue escénico del que nunca me creí capaz (Anacri, por eso es que sabía que ustedes también podrían).
Estoy agradecida con Dios, con los esclavos que compusieron esta hermosa música, con mis amigos que se unieron para hacer de este proyecto una experiencia especial, con Alberto y María por proveernos esta gran estructura sobre la cual canalizar nuestra amistad y amor por la música, y a todos los que participaron en CusibVisión por su interés en el tema, lo cual nos brindó la oportunidad de revivir la experiencia.
Y aquí mi testimonial

Hija de gato, caza ratón. Mi madre, oriunda y criada en el norte de EEUU, fue amante de los Espirituales. Tanto ella como sus hermanas nos enseñaron a la siguiente generación la colección prácticamente completa. Mi abuela escuchaba todos los jueves en las tardes, a través de su enorme radio protagonista de la sala, un programa dedicado a los Negro Spirituals. Es quizás por eso, más que por su naturaleza propia, que esta música tiene tanto significado espiritual para mí.
Janice Williams, mi profesora de canto, fue quien finalmente canalizó este amor por los negro spirituals a través de sus ron-concerts donde sus alumnos exponían los avances en canto. Janice, sabrán algunos, fue también profesora de las morochas y vivió varios años en la casita de Snoopy en el terreno de Los Chorros, casa de las Benaim. Aunque su partida de nacimiento dice Georgia, ella se presentaba orgullosamente como oriunda de (acento gringo) San Cristowble (Táchira). Originalmente fue intérprete de Opera y, tras verse obligada a trabajar el género en mis clases, desarrolló e interpretó numerosos programas de Spirituals y Jazz (a ella le quedaban geniales).
Cuando decidimos montar un concierto juntas, Janice sugirió incorporar a un hombre con una voz profunda y fuerte (para darle más sabor y variedad). Llamé a Martín Camacho y, para nuestra muy grata sorpresa, me dijo: “Acabo de traerme un libro de Spirituals porque tengo muchas ganas de probar el género”. ¿Una coincidencia espiritual?
Fase I: un recital

Montamos un programa los tres, acompañados de Mateo Rojas, un gran pianista acompañante venezolano, apoyados con una proyección de imágenes (fotografías de la época) y locución de un fundador del mundo coral como hoy lo conocemos, Julio Felce, para dar a conocer a la audiencia el origen de los textos e historias que cuentan estas canciones anónimas de consolación creadas entre 1600 y 1850 en los campos de algodón del sur de los EEUU por esclavos traídos de África e insertados, a la fuerza, en la religión y costumbres más occidentales.
Cuando terminamos nuestro primer concierto, en el teatro del Club Magnum, se acercó un amigo y me dijo: “Me gustó…, pero esta es una música para interpretarse con muchas voces”.
Fase II: montaje escénico (Coral Magnum bajo la dirección de Gioconda Cabrera)
Tomamos la sugerencia de inmediato y, sustituimos las diapositivas de la proyección por escenas montadas con los coralistas – de allí vinieron:
- El inicio del concierto con la llegada del barco desde África (unas velas enormes de unos tres metros de alto cargadas por los hombres en medio de una estructura naviera construida con los cuerpos agrupados de los coralistas).
- Las piezas para esta escena eran: “Nobody knows” (Nadie sabe los problemas que he vivido), “Sometimes I feel” (A veces me siento como un niño sin madre desamparado y lejos de casa).
- La escena del servicio en iglesia y con religión “prestada” (con una cruz de 1,80 mts simbolizando el altar), cantando temas alusivos a la esperanzadora resurrección de Cristo: “It´s me O Lord” (Soy yo, Señor, requiriendo de oraciones), “Everytime I feel the Spirit” (Cada vez que siento al espíritu moverse dentro de mi corazón)
- El Bush meeting, reuniones a escondidas para cantar y consolarse de noche, tras el largo día de trabajo, con temas alusivos a los milagros del viejo testamento que podrían repetirse para ellos (Moisés, Daniel y los leones) y también algo de Revelaciones donde se salvarán solamente los cristianos. A esta escena pertenecen los temas: “Go Down Moses” (Baja, Moisés .. a pedir que liberen a mi pueblo), “Didn’t My Lord Deliver Daniel” (No pudo el Señor liberar a Daniel) y “My Lord, What a Mourning” (Mi Señor, que lamento).
- Varias escenas representativas del escape a través de la organización llamada “The Underground Railroad” (El tren subterráneo), una cadena de héroes que se dedicaron a ayudar a escapar a quienes pudieran con carruajes, casas intermedias a destinos finales – piezas que posiblemente estaban en código para anunciar la salida de una de estas caravanas:
- Wade in the Water – Vadea en el agua, donde los coralistas masculinos (siempre un grupo muy selecto) caminaban por la escena con lámparas de gas como si estuvieran atravesando las aguas para evitar que los sabuesos los detectaran.
- The Gospel Train – el tren del evangelio – con un montaje muy simpático que nos permitió salir del escenario en grupos como si se estuviesen montándose en trenes progresivamente, permitiéndonos así transicionar a la siguiente escena.
La muerte, seguramente bien recibida por algunos, como vía de escape – escenografiada con una procesión y una escena de lamento – piezas: Swing Low Sweet Chariot (pasa bajito, dulce carroza, con tu banda de ángeles para llevarme a casa) y Takin’ Names (hay un hombre rondando y llevándose nombres), Steal Away (Escabúllete hacia Jesús) – la primera y la última también podrían haber sido una pieza código de escape.
El cierre de la obra estuvo dedicado a la vida después de “la muerte” o “la esclavitud” con Heaven Heaven (cuando lleguemos al cielo no habrá diferencias entre nosotros), cerrando con Amazing Grace (oh, sorprendente gracia de Dios), que para nuestra gran alegría, es considerada un Espiritual Blanco, escrito por John Newton, un hombre blanco quien originalmente fue capitán de barco de comercio de esclavos y eventualmente, por una serie de eventos complicados, recapacitó e inclusive dicen que participó en la abolición de la esclavitud en Europa – la música es una tonada que escuchó de los esclavos en su camino de venida a América.
El primer montaje con coro se hizo de la mano de Gioconda Cabrera, entonces directora de la Coral Magnum, contando con las manos creativas de las hermanas Mederos (Nancy de Felce y Marisol de Ocando), quienes había recién montado un concierto con escena (El Azúcar de la Lujuria – ¡espectacular!). La utilería fue creación del gran carpintero y también esclavo, Máximo Santelmo, y mi querida tía Ilse quien cosió las velas del barco. Cada miembro del coro agregó lámparas, cestas de algodón, vestimenta, taburetes de la iglesia y una biblia que tendría algún esclavo quien a escondidas habría aprendido a leer. Esta vez y en adelante, el narrador fue mayormente Martín Camacho, con su profunda y conmovedora voz, para mantener a la audiencia al tanto de la historia que dio origen a esta hermosa música.
Y nos acompañó nuevamente Mateo Rojas en el piano. La interpretación fue muy apegada a lo que habría podido ser la de la época, versiones sencillas, con poca instrumentación, basada en arreglos de piano de Harry Burleigh y J. Rosamond Johnson, dos de los primeros arreglistas en documentar esta música.
Fase III: producción con Amigos
Para la tercera edición, tenía la gran ilusión de hacerla con mis Amigos de la Vida y, para nuestra gran suerte, estos Amigos queridos también mostraron interés. Amigos de la Vida, excompañeros Cusibistas ahora agrupados nuevamente, gracias al maestro Grau, en Ave Fenix. Ensayamos en Los Chorros, por supuesto, con momentos muy especiales y también divertidos, cada uno viviéndose la música en función a su realidad, dando significado según su estado espiritual y su interpretación particular. Y de esto se trató Cusibvisión 4, de conocer qué pasaba por las mentes y corazones de un grupo de participantes – cómo fue su experiencia individual.

El traje lo confeccionó cada uno, con su imaginación, a partir de unos pocos criterios (colores pálidos – caqui, blanco ostra, marrón) – imitando fotografías de la época. Todos le pusieron tanto cariño a la selección y cada uno creó su coreografía según la escena.
Una escena muy hermosa fue la de Sometimes I feel like a Motherless Child donde Juan de Freitas posó como un esclavo en venta. La inspiración de esta escena fue otra similar tomada de una obra de Miguel Issa donde había un personaje centro que representaba una situación dramática, y hacia uno de los lados una voz con un instrumento.
No quiero cerrar sin dedicar unas palabras a Albert Hernández, director musical desde la grabación del disco, autor de los arreglos “futuristas” de las canciones, que fueron incorporados a la tercera edición. Con gran paciencia, fue escuchando, sugiriendo, ensamblando y convirtiendo un repertorio de estilo constante en un collage de temas con ritmos asociados (descendientes – jazz, blues, gospel), agregando instrumentos que, de haber podido, seguramente hubiesen sido incorporados por sus autores originales (tambor, cuerdas, bajo). No dejen de escuchar su testimonial que grabó posterior a CusibVision 4 ya que tuvo que ausentarse para sacar una culebra que se metió en su casa-cocina, que finalmente logró encontrar escondida ¡en el horno!
Ha sido una experiencia maravillosa el revivir estos montajes. La música de los Espirituales Negros es reflejo de un momento doloroso que duró casi dos siglos y es posible que sigamos viviendo actualmente. Como comentaron algunos participantes en CUSIBVision4, la carga emocional es fuerte, la separación de la familia y luego el exilio. Los pesares de aquellos esclavos podrían tener su reflejo en nuestros días cuando nos vemos enfrentados a problemas de derechos humanos, desarraigo, explotación. Y por otro lado, la influencia de aquella expresión de desahogo en la música occidental es uno de los elementos decisivos a considerar cuando entendemos la música en el presente.
Sería fabuloso poder repetir la experiencia de aquellos montajes. Dios nos permita retomar este proyecto, ¡con más voces aún!
Créditos
- Martín Camacho – solista/locutor en montajes escénicos
- Julio Felce – locutor en recital inicial
- Janice Williams – musa, solista, profesora de canto, asesora en estilo
- Juan de Freitas – actuación/coros
- Rosina Estrada – actuación/coros
- Susana (Suki) Bonnetier – actuación/coros/solista disco y UCC
- Amigos de la Vida y Ave Fénix – actuación/ coros (Dirs Jesús Ochoa y Albert Hernández)
- Nelson Machado – Guitarra
- Magiari Díaz – Coros – disco
- Mateo Rojas – piano
- Albert Hernandez – percusión, bajo, saxofón, guitarra, arreglos musicales
- Jesús Milano – bajo en UCC y Trasnocho
- Giorgio Faetta – batería en UCC y Trasnocho
- Máximo Santelmo – producción, utilería, actuación, coros, olas
- Ilse Amengual – utilería
- Miguel Issa/Armando Díaz – asesoría en escenografía
- Aymara Romero – diseño gráfico del disco
- Jhonatan González – Fotógrafo para el disco
- Alida Ribbi – edición de textos
- Julio Daantje – segundo logo y productor Teatrex y Museo del Transporte
- Coral Magnum – actuación/coros/vestuario y escenografía
- Ana Cristina Fábregas – autora de la escultura de la portada del disco y afiche de los conciertos UCC y Trasnocho
- Música Reservata – coros disco
Cristi!!!! Con cada capítulo de tus Espirituales he saboreado el cantar y experimentar nuevas fronteras musicales y de amistad juntos!!!! También escribes bien amiga de muchos talentos!!!! Felicitaciones y que continúen los éxitos!!!!
Besos amiga querida!!!!