El Florentino de CUSIB Global vence una vez más

Ibidem

CUSIB Global en el auditorio de la Universidad Internacional de Florida durante el el Latin American Choral Festival 2024 (15 - 21 de abril)
Por Elssen Beatriz Lombó

La Universidad Internacional de Florida (FIU) le brindó a CUSIB Global un escenario único para poner de manifiesto una vez más la potencia que es posible alcanzar cuando nos unimos en pos de un objetivo, sin importar lo difícil y retador que pudiera en un principio parecer.

En el Latin American Choral Festival: Our Voices, Our Roots (18 – 21 abril) celebrado en las instalaciones de la facultad de música de esa prestigiosa universidad, los coros participantes tuvimos la oportunidad de ofrecer presentaciones individuales, además de realizar el montaje de la Cantata Criolla compuesta por Antonio Estevez y basada en el poema Florentino y el Diablo de Alberto Arvelo Torrealba que este año alcanza su 70 aniversario, con la Orquesta Sinfónica de la FIU y la participación del barítono Juan Tomás Martínez y el tenor Carlos Silva, ambos venezolanos, dirigidos de forma magistral por el Dr. Javier José Mendoza. Participaron también el FIU Concert Choir, dirigido por la Dra. Erynn Millard; Amazonia Vocal Ensemble, dirigido por Anaida Carquez Soler; el coro Encantus Voices dirigido por Maibel Troia, y la colaboración especial de la pianista Masami Miyazaki, y todos bajo la presencia y asesoría musical de María Guinand y Alberto Grau.

La ocasión fue propicia también para que el Proyecto Documental de CUSIB Global presentara una ponencia – Pre-concert Talk – que narra la historia que ha hecho posible la existencia y el desarrollo de nuestra Asociación civil. En un extraordinario esfuerzo y gracias al trabajo en equipo que contó con la presencia de miembros de la Junta Directiva, tuvimos el honor de ofrecer la tarde del 19 de abril, coincidente con el día de su fundación tres años atrás (19/04/2021), la presentación “Bound for Life by Choral Music: the CUSIB Global Case”.

Para esta cita musical, los asociados y amigos que dieron su sí y se comprometieron a prepararse de forma individual para asistir a cantar en este festival, conformaron nuestro coro Ad Hoc que nuevamente dio la talla con su sobresaliente actuación bajo la dirección de nuestros maestros María Guinand y Alberto Grau presentes una vez más en tan importante evento y encuentro musical. Además de la Cantata se preparó un exigente repertorio de piezas en forma distribuida en todas y cada una de las 35 ciudades en las que vivimos (provenientes básicamente de Alemania, Argentina, Australia, Canadá, España, Estados Unidos, Francia, Guatemala, Israel y Venezuela), en donde cada coralista asumió la responsabilidad de estudiar para lograr el perfecto ensamblaje una vez reunidos en Miami para la fecha. Un reto memorable que nunca olvidaremos por todos los logros alcanzados tanto a nivel musical como humano, estrechando canales de cooperación y lazos de amistad dentro del grupo, con los anfitriones y coros hermanos.

La Cantata, Florentino el que cantó con el Diablo

Participar en el montaje de la Cantata Criolla de Florentino y el Diablo no es cualquier cosa. Para cada uno de los venezolanos que en las actuales circunstancias nos encontramos dispersos por el mundo, convocados esta vez por CUSIB Global a interpretar esta obra, la conmoción emocional y la sensibilidad alcanzada en su interpretación superó todas las barreras. La fuerza contenida en esta pieza no se agota en los elementos literarios y musicales presentes en ella. 

El coro Ad Hoc de CUSIB Global, el cual constituye una actividad muy importante dentro de las que realiza nuestra asociación civil, se integra en su mayoría por un segmento de la diáspora venezolana que tuvo el gran privilegio de haberse formado en la Universidad Simón Bolívar, y con ello la oportunidad de cantar bajo la dirección y guía de los maestros Alberto Grau y María Guinand, “The power couple” en palabras de la Dra. Alicia Romero-Sardiñas, directora de programación educativa y artística de The Children Voices Chorus y colaboradora de la universidad anfitriona.

En 1995 cuando la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco, cumplía 50 años de su fundación, algunos de nosotros tuvimos el gran privilegio de asistir a uno de los conciertos celebrados en el auditorio Richelieu de la Sorbonne en París, donde también hicieron presencia Florentino y el Diablo con la Cantata Criolla.

Eran los mejores tiempos de José Antonio Abreu, creador del Sistema Nacional de Orquestas, quien con su sabia maestría dominaba el ámbito musical nacional pero también a nivel internacional gozaba de gran respeto y reconocimiento, por lo cual Venezuela recibía importantes invitaciones para las más notables citas culturales del mundo. 

Allí estuvimos, en uno de los auditorios más emblemáticos que existen donde por consabidas razones se respiraba libertad, igualdad y fraternidad en cada centímetro de su espacio, pero además aquel año de 1995 fue proclamado “Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia”. 

Quién nos iba a decir, que el futuro nos deparaba la oportunidad de cantarla casi tres décadas después pero en condiciones de exilio, todos empuñando esos mismos valores aunque ausentes de nuestra tierra.

Quienes hemos sido coralistas toda la vida y hemos tenido la oportunidad de interpretar música de diversa índole habiendo sido formados en las manos de nuestros maestros, no podemos permanecer abstraídos del contenido literario presente en la obra. Sabemos muy certeramente que los poemas, los textos que cantamos forman parte sustancial e imprimen el carácter fundamental a la interpretación. Son muchas las traducciones, cuando se trata de obras en otro idioma y las explicaciones que hemos recibido y estudiado a lo largo de los años que nos han permitido buscar y darle el mejor sentido musical y artístico a lo que cantamos.

En esta imagen se puede apreciar la presencia de los solistas Carlos Silva, como Florentino y Juan Tomás Martínez, como el Diablo, acompañados por la Orquesta Filarmónica de la FIU dirigida por el Dr. Javier José Mendoza, junto a los grupos corales participantes en el Festival (mencionados anteriormente).

El caso de la Cantata es otro. En esta obra la combinación de música y texto se vive de forma personal porque funde en nuestro imaginario la semblanza de la llanura, nuestra llanura, presente en el poema de Alberto Arvelo Torrealba en la magistral obra musical de Antonio Estévez, en la que, además, se entrelazan las melodías del Dies Irae con el Ave maris stella, (historia y relación excelentemente narrada por el violoncelista venezolano Germán Marcano en otra ponencia presentada el 20 de abril) y la historia personal de cada uno de los coralistas peregrinos en que nos hemos convertido quienes salimos de Venezuela con esas melodías y poemas tatuados en la memoria. Esto constituye una llave maestra que abrió nuestros sentidos de forma extraordinaria en parte por la circunstancia de destierro que nos hizo apreciar la ocasión bajo una sensibilidad a niveles inimaginables. ¿Cómo es posible permanecer indiferentes cuando se nos está hablando en nuestro lenguaje literario y musical y directo al corazón?.

“Florentino y el Diablo: de métrica y otros temas” 

Antonio Estevez https://en.wikipedia.org/w/index.php?curid=6767437

Vale la pena revisar algunos estudios y reflexiones presentes en investigaciones de especialistas que nos permiten tomar la medida de cuál puede ser el sentido y el significado para un venezolano que ha emigrado, cantar una obra como la Cantata Criolla

Víctor Rago, antropólogo, lingüista y docente universitario, actual rector de la Universidad Central de Venezuela, ha estudiado profundamente esta obra y propone, en su conferencia “Florentino y el Diablo: de métrica y otros temas”, lo siguiente:

“En el caso de Florentino y el Diablo hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:

El “Llano” como configuración etnocultural del país ha jugado en el proceso histórico de constitución del Estado nacional que llamamos Venezuela un papel muy importante.

La aceptación, asimilación y apropiación de Florentino por las capas populares de la población guarda relación con el hecho de que el tema general de la obra nos remite al “Llano” porque el “Llano” ha tenido una intervención central en ese proceso de constitución nacional que se produjo en el momento en que Venezuela rompe el vínculo colonial con la metrópoli ibérica.”1

Importantes también las consideraciones que realiza sobre la métrica y la rima para entender el alto nivel de aprecio y de calado del poema en las raíces populares del quehacer cultural venezolano cuando señala el hecho de que “[…] El poema de Alberto Arvelo Torrealba ha optado por el octosílabo como una opción deliberada que suscita en el pueblo un gusto particular ya que el octosílabo es la métrica más común” 2 , así como también, la consideración que advierte en relación a la estructura propiamente dicha del poema como “[…] Anestrófico en virtud de que Florentino y el Diablo es un poema, consistente más bien en una larga serie de versos del mismo tipo al modo de los viejos romances de la tradición castellana y de los modernos corridos – [corríos] – de la tradición hispanoamericana y en particular, de la tradición llanera.”3

Otras apreciaciones relativas al simbolismo de las figuras de Florentino y el Diablo, resultan muy interesantes para entender el enganche, la aceptación, la popularidad e incluso la identificación que podemos tener con estos personajes. 

Haremos referencia a dos de las corrientes más importantes que le otorgan valor simbólico a los protagonistas de la Cantata Criolla. Por una parte, se encuentran quienes realizan un análisis a partir del relato -aquel que por vía de la tradición oral se convierte en leyenda- y en muchos casos no se trata como una simple ficción sino que son supuestas como verdaderas. Si bien el texto de una leyenda puede provenir de un hecho auténtico, (…) “el tiempo y las múltiples versiones, le van dando un matiz atemporal y misterioso. Diríamos que la leyenda se macera con el pasar de los años y siglos”4, y cada generación ofrece a la siguiente su propia interpretación. 

En ellas Florentino y el Diablo han sido vistos como representaciones dialécticas (dialogantes) entre «el siempre y el más nunca o el más allá«, igualmente como la integración o, más bien, la coexistencia de los opuestos que forman la totalidad del bien y del mal, lo positivo y lo negativo, la deidad y lo demoníaco.

El misterio que surge en la soledad de la inmensa llanura es el desencadenante de la multiplicidad de figuras que hacen aparición en los versos escritos por Arvelo Torrealba y que van a encarnarse en las voces de Florentino y el Diablo. De acuerdo a Moreno y Puertas, “Florentino es coplero que canta y toca. Su canto es redención y libertad, su palabra es búsqueda del sueño emancipatorio del llanero. Florentino, según Febres, es “un arquetipo, un símbolo” (1985, p.5). Florentino es una imagen épica de la cultura venezolana. […] Es un cantador llanero de dimensión heroica que refleja esa lucha permanente entre el hombre y su hábitat (Márquez Rodríguez, 1985), en la desolación de la llanura.”5 

Por otra parte, el Diablo visto desde una perspectiva de análisis freudiano, puede resumirse como lo siniestro: es todo aquello que se asocia a la angustia vital en el hombre, con lo ominoso, lo terrible y todo ello en la representación de la figura que encarna “El Mal”.

Alberto Arvelo Torrealba https://en.wikipedia.org/w/index.php?curid=9098918

Igualmente hay quienes realizan el análisis literario desde otras perspectivas, en las que entra a jugar un papel muy importante la categoría temporal que desemboca en la finitud del hombre. Bajo este enfoque, el sentido que adopta la figura de Florentino es la de un hombre mortal que vive sin tomar conciencia de sus límites, mientras que el Diablo representa la inmortalidad y por ello se da la batalla entre el humano y el ser sobrenatural.

En palabras de un joven poeta cumanés, Orangel Morey Lezama, “Cuando el Diablo enfrenta a Florentino con esta razón lo derrota en su corazón. Florentino se percata, asume que es mortal, pero no se deja vencer: morirá, quizá, otro día, pero ahora no.  Y es allí donde se muestra otra gran característica de los seres humanos: su vanidad, mezclada con algo de perseverancia. Florentino se muestra vanidoso, en principio, al no querer dejarse vencer por el Diablo; pero, después, se muestra perseverante al saber que realmente puede morir y dejar de existir. En este momento, Florentino opta por pedir ayuda a sus dioses; quienes, aparentemente, le auxilian y hacen el milagro del amanecer más temprano, significando la salida del sol la victoria de Florentino y con ella la de todos los seres humanos. (…) Florentino valoriza el amanecer y junto con él nos hace sentir a los lectores del poema la misma sensación: comenzamos a ver con nuevos ojos el amanecer, valoramos a plenitud su belleza y transcendencia. Y, en esta parte, el poema adquiere el carácter de arquetipo, puesto que la Luz nuevamente vence a las sombras. El hombre cada día pone su esperanza en la salida del sol, es el aliento principal, el que alumbra todo, el que vence a las oscuras fuerzas del mal y, fundamentalmente, el aliado de los hombres.” 6

Nuestra tierra, nuestras raíces

CUSIB Global en la rotonda de la facultad de música de Universidad Internacional de Florida durante el el Latin American Choral Festival 2024 (15 - 21 de abril)

Podemos dejarnos llevar por cualquiera de estas tendencias que analizan el significado que tiene la alegoría presente en el poema de Arvelo Torrealba. Lo importante en este caso es que existe una oposición binaria que pretende en cualquiera de los casos reproducir desde esas figuras el drama presente en la vida del llanero venezolano, y extrapolando el drama universal en el debate vida/muerte, bien/mal.

Pero es claro que el poeta barinés y el compositor calaboceño hablan de forma abierta, directa y explícita a quienes comparten con ellos lenguaje y lugar de nacimiento. 

La venezolanidad del llano interpretada por la orquesta toca cada una de las fibras de quienes interpretan su obra hermanados por las circunstancias que nos alejan de nuestra tierra, de nuestros orígenes, aún cuando hayamos salido del Puerto de La Guaria, de Maiquetía, para asistir al festival.

Por fortuna, Florentino gana la batalla y nos alumbra el camino, brindándonos la esperanza que nos trae el futuro con un nuevo amanecer.

El espíritu musical, la hermandad, el cariño compartido cada segundo transcurrido entre el 15 y el 21 de abril de 2024, aún no se desvanece…

Durante el canto común que se realizó con todos los coros participantes en el Festival (19 de abril de 2024) en el Wertheim Concert Hall del Herbert and Nicole Wertheim Performing Arts Center.

Referencias bibliográficas

  1. https://youtu.be/KVK1oq2gIiU?si=UgVrapxJrm7alZkZ ↩︎
  2.  Ibidem ↩︎
  3. Ibidem ↩︎
  4. Duglas Moreno UNELLEZ. Vicerrectorado de Infraestructura y Procesos Industriales Jesús Puerta de la Universidad de Carabobo. Doctorado en Ciencias Sociales. La sombra espectral como isotopía de lo siniestro en Florentino y El Diablohttp://www.saber.ula.ve/bitstream/handle/123456789/37828/articulo4.pdf?sequence=2&isAllowed=y (02/05/2024 21:05) ↩︎
  5.  Ibidem ↩︎
  6.  Morey Lezama, Orangel. Florentino y el diablo o la esperanza en https://steemit.com/cervantes/@morey-lezama/florentino-y-el-diablo-o-la-esperanza (02/05/2024 21:39) ↩︎
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