Sobre el homenaje al Orfeón UCV
En Septiembre de 1976 Venezuela, y en particular su música Coral Universitaria, sufrió una pérdida muy dolorosa. El tiempo se partió en dos cuando recibimos la terrible noticia del accidente en Las Azores, por supuesto, no faltaron los merecidos homenajes al Orfeón Universitario de la UCV, así, esa pérdida irreparable fue parte de la motivación que me llevó a íntegramente al movimiento coral universitario… No podía ni siquiera imaginar que casi un año después estaría cantando para ellos, por ellos, en la gira que habíamos comenzado en Aberdeen. No hay palabras para expresar el dolor que compartíamos, no hay adjetivos que puedan explicar lo que estábamos sintiendo ante ese duelo profundo por la pérdida de nuestros hermanos.
Intentábamos cantar entre lágrimas en ese entorno tan hermoso, un espacio natural donde el verde de los árboles y el azul del cielo eran parte del misterio de la vida… Yo imaginaba que ellos nos oían… no sé cómo pudimos cantar con ese nudo en la garganta, se hizo por amor, por gratitud… Fue una experiencia de integración con mi país, con la Cusib y con esos hermanos a los que no conocí.
El recogimiento, la tristeza, la profunda solidaridad, y el amor, los revivo en estas letras… Ahora, cuando el orfeón de la UCV está activo nuevamente, tras los duros años de pandemia, se revela, una vez más, que la vida se renueva día a día, que el amor es lo eterno y que la música es un hilo conductor de ese amor. Gracias por tanto, los quiero en moles.
Marri
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