Natalia Araujo y Katty Trevison, se conocieron en sus tiempos de estudiantes de la Universidad Simón Bolívar a finales de los años 90. Iniciarion su experiencia en el quehacer músico-coral en las filas del Orfeón universitario Simón Bolívar bajo la dirección de María Guinand y Alberto Grau. Posteriormente, como muchos de nosotros, continuaron su desempeño artístico en la Schola Cantorum de Venezuela.
La historia que narramos aquí, nos llena el alma de alegría y orgullo y ocurre en la ciudad de Nueva York. Es una de esas historias que nos hace vibrar de emoción a quienes nos sentimos parte de este reencuentro que hemos bautizado como CUSIB Global y que nos toca porque tuvimos la fortuna de formamos, en algún momento de su trayectoria, en las agrupaciones musicales de la Universidad Simón Bolívar. Este camino que aún continúa, nos deja la certeza de que ha merecido y merece los mejores elogios y reconocimientos.
Irene es hija de Natalia y desde hace algunos años vive junto a su familia en Nueva York. Irene fue iniciada desde muy corta edad en los estudios musicales y ya toca violín en una orquesta juvenil de esa ciudad. Hoy están disfrutando en el Lincoln Center de su participación en el Mostly Mozart, uno de los festivales musicales más reconocidos desde que se dio inicio en 1966, y que se ha convertido en una tradición del verano neoyorquino.
Este festival dirigido por Renée y Robert Belfer y Louis Langrée, se dedica totalmente a la música del hijo favorito de Salzburgo, a sus contemporáneos, a aquellos compositores que lo influenciaron y fueron influenciados por él, y todos los años presenta a un artista residente.
«Irene tocó ayer con una de las orquestas de estudiantes en el festival Mostly Mozart. A uno de los ensayos asistió Louis Langrée como invitado. Me acerqué y apenas le comenté que era venezolana y que había cantado en la Schola, la sonrisa y energía de Langrée cambiaron totalmente. Me dijo que ese Réquiem de Mozart que habíamos hecho juntos era una de las experiencias más maravillosas que había tenido, que lo recordaba como una de las mejores interpretaciones y proyectos de su trayectoria… Tanto así que empezó a cantarlo.» Palabras de Natalia Araujo, Madre De Irene, Ex OUSB – Ex Scholista
Pero además, Irene no está sola en esta maravillosa experiencia… Sebastián, hijo de Katty Trevison también se encuentra en las filas de esa orquesta, reeditando así, en una nueva generación, las hermosas aventuras musicales que compartieron Natalia y Katty cuando cantaron juntas en el OUSB.
«Querida Natalia ¡Qué maravilloso encuentro! Y qué alegría nos dio a Alberto y a mí recordar a Louis Langrée y a esa experiencia Mozartiana. Sin embargo, la alegría mayor que nos embarga es la de presenciar cómo los hijos de dos OUSB se encuentren nuevamente en la música y descubran ese mundo juntos, impulsados y animados por sus padres quienes a su vez recibieron ese entusiasmo y semilla en nuestras filas. Bien han valido y valen la pena todos los esfuerzos de trabajo, luchas, logros y preocupaciones por mantener estos espacios de ‘LUZ’ abiertos en TODO el mundo.
María Guinand, Directora
¡Sigan siendo faroles de 1000 voltios! Los queremos»
Es una escuela de vida lo que nos ha dejado la disciplina coral. Un escuela marcada para siempre por la senda de la música, el arte y la belleza.
¡Gracias Maestros! ¡Gracias María Guinand y Alberto Grau! ¡Gracias Universidad Simón Bolívar!
Realmente me encantó este artículo, detallado, divertido y descriptivo que parecía estarlo viviendo. Felicitaciones
Gracias Milagros Me alegra mucho leer tu comentario, Es una historia que merece la pena