Marisol Benaim: ética y disciplina, las principales enseñanzas

Edna Ruckhaus
Por: Edna Ruckhaus

Finalizando el año 1937 y gracias a las gestiones de los hermanos Sabal, debutaba Billo Frómeta con su orquesta Billo’s Happy Boys en el Roof Garden de Caracas, terraza del antiguo Hotel Madrid situado en el centro de la ciudad. Luego de este evento la orquesta se disuelve y unos meses después se reacomoda para  convertirse en la conocida Billo’s Caracas Boys. Ahora ustedes dirán que este relato no debería ser sobre la orquesta de Billo’s aunque su historia sea muy interesante, sino sobre nuestra querida Marisol Benaim.

Anuncio de la Fiesta del 31 de Diciembre de 1937 en el Roof Garden de los hermanos Sabal.

Como ocurre con frecuencia, hay una conexión: la abuela de Marisol, Estrella Sabal, era la reina de esas fiestas que continuaron luego en su casa de Los Chorros ya casada con el abuelo, Jaime Benarroch. Según cuentan, Estrella bailaba muy bien y aunque Marisol no haya heredado el ritmo de su abuela, estamos seguros de que heredó de ella su musicalidad y sobre todo su gran generosidad.  Esa capacidad de siempre DAR de forma desinteresada fue transmitida a las siguientes generaciones, Armando y Nella Benaim y así “persécula” como repite Marisol, a sus hijas, yernos y nietos.

Son muchos los coralistas de la Universidad Simón Bolívar que han sido tocados por la generosidad de la familia Benaim. Entre muchas otras muestras, su casa en Caracas o en cualquier parte del mundo siempre ha estado abierta para todos los eventos importantes relacionados con la Coral y, por si fuera poco, también como lugar de ensayo.

Antes de arriesgar el quedar cortos en nuestra gratitud y expresiones de cariño a nuestra querida amiga, los dejamos con la presentación de su testimonial escrita por Ileana Benaim, su entrañable prima y hoy en día entusiasta coralista de la Coral Ave Fénix.

¿Cuál de las dos es Marisol?

Por: Ileana Benaim

Me parece muy conveniente que me hayan escogido a mí para componer esta Obertura. 

Antes de comenzar a escribirla lo primero será extraer a Marisol del fantástico y único “dueto” al que todos conocemos y admiramos llamado Las Morochas. Es difícil hablar de una sin traer a la otra.

Nella Benarroch de Benaim con sus Morochas recién nacidas. Octubre de 1954.

Yo he aprendido a reconocer muchas de las diferencias que hay entre ese par, y una de las que me fascina es la gran diferencia en su voz. Marisela la tiene brillante, aguda. Marisol la tiene cubierta y aterciopelada.  Se complementan y amalgaman en un sonido maravilloso que afortunadamente hemos disfrutado en sus discos Nuestro Sueño Sefardí y Nuestra Alma Sefardí.

Contraportada del CD Nuestro Sueño Sefardí

Marisol desde siempre hizo de su vida un lugar muy sabroso: canta con su hermana, canta con su marido, canta con su prima preferida y canta con sus mejores amigos. Canta aquí, canta allá. Teje que teje, mi Marisol, sembrando de amor y humor todos los escenarios que transita.

La primera canción que recuerdo haberle escuchado fue “Duerme ya, Ruiseñor”, una versión castellana del Lullaby de Brahms.  Desde entonces Marisela cantaba la voz aguda y Marisol hacía una “tercerita” más abajo… aunque ella sí llegaba al agudo que fuera. Pero era Mariselita quien no cantaba abajo…. Ese ha sido uno de los actos de generosidad más bellos de Marisol: ¡ella SI llega y nos consta!

¿Se dan cuenta? Uno comienza a hablar de Marisol y termina hablando de las Morochas…  ¿Serán entonces variaciones sobre un mismo tema?

Los niños Benaim con Santa.
Pimera fila de izquierda a derecha: Marisol, Morella, Ileana, Marta y Marisela. Segunda fila: Gustavo.

Desde que recuerdo organizábamos a menudo actos musicales para la familia. Cantábamos quintetos, solos, dúos, cuplé, canciones infantiles, el canon de Frére Jacques, canciones en hebreo, grandes temas del cine, en fin, un repertorio infinito y profundo. Emulábamos constantemente a nuestros padres, grandes cantores del Orfeón UCV y del Coro de Damas de Vinicio Adames («Cuentos de una familia que canta» en el Blog «Palomita Blanca» de la Asociación Civil CUSIB Global). Desde siempre nos ha gustado cantar.

No puedo dejar de mencionar otra vez que, gracias a su invitación y entusiasmo entré a las filas de la Coral Ave Fénix. Allí, a mi izquierda, Marisol ayudó a que aprendiera como un rayo todo el repertorio, paso a paso:

  1. Ella lo cantaba una vez. Siempre se lo sabía al pelo
  2. Yo, repetía, imitándola
  3. Ella corregía
  4. Lo cantábamos las dos 
  5. …Entraba Marisela con “la primera voz” a afianzar lo aprendido

Y siempre lo gozábamos camino a los ensayos…

Un día como a los 7 años, no las confundí más… A una le quitaron los frenillos antes que a la otra…. ¡Ja! Después fue coser y cantar.

Marisol e Ileana.

Marisol estudió en el Colegio Santiago de León de Caracas hasta 5to Grado y luego en el Colegio Moral y Luces hasta 5to Año de Bachillerato.  Se enroló en la Universidad Simón Bolívar en Química y luego de corto tiempo pasó a estudiar Farmacia en la UCV (leve deformación familiar). Trabajando en Laboratorios Klinos encontró una veta profesional de grandes satisfacciones: el Mercadeo. Después de una Maestría en el IESA siguió profundizando en el tema, cursando el Doctorado de Mercadeo y finalmente se convirtió en Coordinadora del Postgrado de Mercadeo de la Facultad de Farmacia de la UCV. Con toda seriedad digo que me hubiera encantado tenerla de tutora: afanada, amable, generosa, ocupada y responsable de sus tesistas. Siempre.

¿Qué recuerdo de Marisol y la música, además de anécdotas infantiles compartidas? Sé que tomó clase de piano con la Profesora Urquijo, clases de Guitarra con Federico Reyna, clases de canto con la profesora Janice Williams… Finalmente entró en la CUSIB y de allí en adelante… mejor que sea ella quien les eche ese cuento.

Así como cantas bien, Marisol de mi alma, cocinas mal. Y eso que estudió mucha química. Pero, “aun siguiendo la receta al pie de la letra, todo lo que cocino sabe a casabe” (esta frase no es mía y la última palabra NO es CASABE).

Otra cosa en la que se destacó, aunque de una forma muy poco ortodoxa, fue en la maternidad: Florcita cría a Yosi 2 y Daniel. Salo está pendiente de absolutamente todo.  Mientras, Marisol le da más cariños y purruños a su gato que a sus bebos. Eso sí, les ha proporcionado una bella relación llena de confianza y camaradería. Marisol siguió al pie de la letra el “Programa de Adelgazamiento” que lleva Yosi 2 con resultados asombrosos, demostrando una vez más solidaridad e inteligencia. 

Marisol me regaló mi primera y única curda con Fray Angelico. Nos bajamos una botella durante una visita casual que le hice… Allí se templó la alianza que venía forjándose desde niñas.  Marisol es músico y es música. Alegra nuestras vidas con su capacidad de comprometerse. 

Espero que sepan ahora, un poquito más de la maravillosa persona que me tocó presentar. Ella ha sido siempre una cajita de sorpresas. Igual que este experimento.  Se me hizo grato escribir, así como grato es lo que he compartido con ella. Además, me ha dado la oportunidad de agradecer públicamente el pertenecer a CUSIB Global con el especial privilegio de “chapear” con mi apellido. Gracias Edna, gracias CUSIB Global. Gracias Marisol.

Y ahora a disfrutar este maravilloso testimonial lleno de muchísimo amor y de hermosas expresiones acerca de las enseñanzas que nos han dejado los Maestros.