
Efectivamente esa experiencia que compartimos en Barcelona al final de nuestra gira de 1977 fue sumamente emotiva. Por supuesto para todos fue un momento especial, pero en mi caso tuvo un carácter más personal pues perdí a varios amigos en el accidente del Orfeón UCV. Para ese entonces yo pertenecía a la Coral Filarmónica de Caracas, un coro que montaba obras sinfónico-corales y en el cual cantaban varios integrantes del Orfeón. Los ensayos eran dirigidos por Vinicio Adames y Alberto Grau.
Mis recuerdos del homenaje en el festival de Barcelona son un poco difusos en lo que respecta a la ceremonia. Recuerdo que el sitio era una especie de parque con grandes árboles y fuimos colocados en un sitio relevante. Cantamos el Cántico del Maestro Sojo y los himnos de ambas universidades. Ya para ese momento la emoción me embargó y recuerdo que al final tenía un nudo en la garganta y una persona del festival pidió un minuto de silencio. En ese momento de silencio absoluto se podían escuchar los sollozos de algunos compañeros.
Juan De Freitas
Deja una respuesta